lunes, 13 de agosto de 2012

Mi cumpleaños y otros dramas

Hay un drama en mi vida que nunca lograré superar: 
Mi cumpleaños coincide con el de mi archienemiga y a mi NADIE me quita el protagonismo.

Lo sé, os estaréis preguntando quién es ella y por qué se ha ganado ese título. Para despejar dudas os diré que a pesar de romperle el corazón a su exmarido (y a media España) no es Elena Tablada.


Mi archienemiga se llama Celina. Iba en mi clase y nos ha hecho sufrir, a mí y a mi psicólogo, lo que no está escrito.

Veréis, Celina es una pobretona humilde que aspira a ser como yo. Siempre está haciendo cosas por los demás, ayudando a mis amigas con sus deberes, de voluntaria en los comedores sociales y preocupándose de los problemas de la gente, es decir, haciendo lo que sea para llamar la atención.

Cuando vi que saltaba mejor a la comba que yo le pedí el número de los Miami a Ana Obregón para que le partiesen las piernas pero desgraciadamente lo había perdido.


Todas MIS amigas no dejan de decir lo amable y cariñosa que es, lo cual es muy molesto ya que yo, desinteresadamente, en el día a día doy a mis compañeros una clase de elegancia y estilismo que nadie me agradece.

A lo que iba, pues resulta que la tal Celina cumple el mismo día que yo. Lo he intentado todo, hasta le pedí que cambiase el día de su partida de nacimiento pero no le dio la gana, ¡qué desfachatez!

Todo empieza una semana antes de nuestros cumpleaños. La rutina es muy simple, Celina le pedía a la profesora repartir sus insípidas invitaciones escritas a mano. Justo cuando acababa de entregar todas, yo daba un chasquido y los ganadores del Carnaval de Río de Janeiro irrumpían en nuestra clase por las ventanas y por la puerta y me unía a ellos fusionándonos en una danza digna de una final de Mira Quién Baila. Tras ellos entraba Whoopi Goldberg con un coro góspel y cantaban al unísono mi invitación. El número final incluía acróbatas del Circ du Soleil y elefantes que pisoteaban las invitaciones de la zorra de Celina.


El siguiente paso de mi estrategia era sabotear la fiesta física de Celina. Los primeros años, cuando solía celebrarlo en casa, era más fácil, una llamada a Sanidad diciendo que tenían amianto/cultivos de marihuana en el tejado y todo solucionado. Un año, recuerdo con especial cariño cuando robamos el Códice Calixtino y se lo colocamos en la casa dando el chivatazo de que lo tenían. Su madre acabó arrestada por la policía justo cuando iban a soplar las velas.

Aunque parezca mentira no todas las niñas vienen a mi cumpleaños. Veréis para estar invitada a mi fiesta has de superar unas complicadas pruebas físicas y mentales y realizar un test interactivo. Me permite todo esto pasar un filtro para poder hacer una fiesta con gente interesante y chic, al final siempre acabo contratando a modelos de Victoria Secret que hacen relleno como los extras de las pelis y reparten bolsas de regalo a las invitadas.

El problema es que este filtro sólo lo superan pocas niñas y por lo tanto las que se quedan por el camino se van al cumpleaños de Celina. Vamos que es casi más difícil estar en mi cumpleaños que el gobierno te dé una beca para estudiar. A pesar de todo para Mis Superdulces 16 con la MTV decidí tirar la casa por la ventana e invité a todo el mundo. Necesito un montón de plebe para que tengan todos envidia del segundo Jet privado que me regalen.


He intentado enterrar el hacha de guerra con Celina de la mejor forma posible, he hecho que a su padre lo manden a trabajar a una tribu en lo más profundo del Kilimanjaro, pero ella y su madre se han quedado aquí, es como la mala hierba, no hay forma de que se vaya. 

¿Comprendéis mi sufrimiento?

1 comentario:

  1. Claro... ¡Es que tu archienemiga es Catwoman! Así es difícil ganar. Pero tú eres tú, así que deberías ganar.
    Que difícil es ser tú, Pepis.

    ResponderEliminar