martes, 31 de julio de 2012

Madre ha escrito! :)



Querida Pepis:

Antes que nada quería pedirte perdón por tener que escribirte aquí la carta, pero no encontré ninguna papelería en los alrededores y era el único folio que tenía. Ya le diré a Baltasar personalmente los regalos que quiero por Navidad, que me han dicho que veranea por aquí.

Mi llegada a las profundidades de África no pudo ser mejor. Los nativos me ataron y me vendaron los ojos para darme una sorpresa y me llevaron hasta un altar muy bonito, con velas y flores, donde me preguntaron si era virgen. Qué gracia Pepis, me confundieron con la Virgen María. Claro, como soy blanquita. Y pude ver la decepción en sus ojos cuando les dije que no, aunque si siguen teniendo esa fe pronto se les aparecerá.

La aldea es pequeña y me estoy hospedando en una casa árbol con el padre Sabubu, el hermano reformado de Dinio García, mientras los Hilton no acaban el hotel que tienen aquí, que ya sabes cómo están las obras.

Estos días hay mucho revuelo porque vino la RTVE a hacer el casting para salir en la próxima campaña de “Un juguete una ilusión”. Están todos los niños revolucionados con sus mejores galas: la camiseta de Naranjito, la de “I (L) my boy”, la de Autoescuela Urrutia… Incluso me pareció ver a una niña con aquella de las Spice Girls que le dimos a la parroquia. Sé que es la tuya porque le cosí un cacho de tela a la deportista para que no se le viera el ombligo. Es un placer verlos vestiditos porque aquí son bastante naturistas, debe ser una moda. Todos los mayores van con taparrabos. Le voy a decir a la modista cuando llegue que le haga uno a tu padre, pero con más pernera.

Lo que peor llevo es la comida. Cuando se nos acaba llamamos al camión de la Cruz Roja, que es como Telepizza pero tardan menos. Y créeme que ya estoy un poco harta de tantas lentejas, pasta y arroz. Ahora me arrepiento de que fuera lo único que te daba para que llevaras a la Semana Solidaria del cole.

Con mi misión de proclamar la palabra de Dios he avanzado mucho. Cada niño tiene  su rosario luminoso y su ambientador de pino -que no veas qué pestazo- y les queda muy bien, porque el negro pega con todo. También les cambié sus nombres que invocaban al demonio por los del santoral español, como tiene que ser.

Y te voy a ir dejando que es tarde y las noches en la sabana africana son terroríficas. Con decirte que el padre Sabubu duerme abrazado a mí. El pobre tiene tanto miedo que se acuesta con una pistola. Siempre la noto en mi espalda.

Recuerda el consejo que siempre te digo: límpiate de delante hacia atrás.

Muchos besos, te quiere

                                                                                                               Madre



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