sábado, 30 de mayo de 2015

Tinder en tiempos revueltos

Siempre he pensado que la gente que liga por Tinder son desesperados sin vida o desequilibrados emocionales que seguramente te degollen con un hacha en cuanto te reciban en la vida real. 

Pero llega el momento en el que te encuentras metiendo tus datos en la app y piensas que si te has atrevido a dar el paso, quizás haya alguien sano, cuerdo y decente como tú esperando a encontrarte para vivir un tórrido romance y una larga vida juntos. ¿O esto quiere decir que estoy tan desesperada como el resto?

Todas tenemos un hombre que es como el paquete de pasta que guardas en la despensa, nunca es tu primera opción pero si te encuentras sin nada más acabas recurriendo a él. Pero, ¿qué pasa cuando tu paquete de pasta empieza una relación con otra? Pues que sólo queda Tinder.

Si Hilary Duff lo hace, ¿por qué no iba a ser yo menos? 

Es agotador ser tan guapa en una red social como Tinder, cada vez que le doy a aceptar a alguien guapo descubro que ellos me han aceptado a mí, ¿dónde está la emoción y el misterio en eso?

A modo de estudio personal, he confeccionado una lista de 10 clases de hombres que te puedes encontrar en esta red social (también es aplicable a otras tipo Twitter o Instagram donde el zorreo de la gente puede ser incluso superior). Espero que os sirva de guía y os ayude a tomar la decisión adecuada antes de darle a like.


CLASES DE HOMBRES:

1) Los pijorros:

Camisa de polo azul perfectamente planchada por su madre y sometida por dentro de su pantaloncito rojo tirando a salmón que termina en unos náuticos impolutos que hacen juego con su cinturón argentino. Si no aparece con tirantes de la bandera de España es que se los ha dejado dentro del armario. Quizás en alguna foto sale con alguna flor para demostrar que en el fondo es un romántico. Probablemente se llame Alfonso y sea de un pueblo de la Málaga profunda. Le gusta ser tan caballeroso que roza el machismo y tan macho que roza el homoerotismo. Cuando encuentres uno de estos HUYE.


2) Los intensos: 

Los reconocerás por sus fotos en las que suelen mostrar el 80% de la totalidad de su cara. Su rostro suele estar ladeado y mirando al horizonte, como contemplando la vida en estado puro. 
Tienen una mueca de desolación y desasosiego en su mirada, como si sobre sus hombros soportasen el peso de una civilización en decadencia y sólo pudiesen resignarse a seguir sufriendo. El resto de sus fotos muestran cosas tan variopintas como una manzana, una foto de un vaso de agua y no te sorprendas si te encuentras algún pájaro moribundo. Y yo lanzo una pregunta al aire, ¿los intensos son intensos las 24H del día? ¿Incluso cuando están cagando?

3) Los buenorros:

Están buenos, y lo saben. Son conscientes de lo bien que están así que si alguno se pone humilde desconfía. Suelen salir en sus fotos o bien enfadados, elevando al máximo su potencial de buenorrismo, o bien con una media sonrisa como diciendo "qué alivio es estar tan bueno, gracias Dios". Por si fuera poco potencian esa faceta suya con fotos de lo más sugerente que explotan nuestra imaginación como nunca lo hizo Gloria Fuertes. Torsos medio desnudos, posturas imposibles y poses al límite de lo pornográfico. Y no se lo echamos en cara.


4) Los optimistas:

A primera vista parecen personas normales pero es en mitad de la conversación cuando los identificarás. Están llenos de un optimismo artificial y se desconcertarán por tus vaciles, bromas y chascarrillos. Se tomarán todo lo que digas al pie de la letra como si fuese cierto. No entenderán tu humor negro y lo clasificarán como una amenaza. Hacen un uso excesivo de los emoticonos, probablemente te cueste descifrar lo que te pongan ya que escriben como si siguiesen en Messenger. Si tienes oportunidad de cotillear su Instagram verás con pavor la abundancia de hashtags con los que etiquetan cada foto. #Life #Instaboy #Emotions #Sun #Happiness #Relaxing

5) Los románticos: 

Son cursis a rabiar, este desconcertante desbordo de amor se debe a que vivieron una vida muy fácil bajo una familia estructurada viendo películas de Disney hasta que tuvieron 20 años. Lo más probable es que lloren cuando, como ellos prefieren decir, "hagan el dulce amor" o incluso masturbándose. A tu primer saludo seguramente se habrán enamorado de ti y hayan planificado una vida juntos en la que tú cumplirás tus deberes como ama de casa quedándote en el hogar cuidando de vuestros 5 hijos. Los reconocerás por fotos en las que sonríen como si el único problema que tuviesen fuese no saber cómo canalizar lo bien y fácil que les está saliendo la vida.


6) Los básicos: 

Libres de toda ambición, este tipo de hombres se caracterizan por carecer de todo tipo de chispa y metas en la vida. Su personalidad brilla por su ausencia. Es gente con hábitos simples que no se despega de su rutina y con cero sentido del criterio. Sus preocupaciones consisten en saber cuántos partidos hace falta que gane su partido para que suban puestos en la liga. Son el típico chico que, si alguna vez quedas con él, rezas a los cielos para no verte en el compromiso de hacerle la cobra,  no por nada sino porque a pesar de que no sea muy feo no te atrae lo más mínimo.

7) Los salidos:

Son capaz de convertir cada frase dándole un significado sexual. Tienen una necesidad imperiosa de "verte" pronto y no cesan en su empeño por mucho que les des largas. Si les sigues un poco el juego se vendrán arriba y te estarán acosando hasta que encuentren su próxima presa. Todo esto te vendrá muy bien para tu moral y recuperar tu autoconfianza perdida pero ten cuidado, que tal como vienen se van. 


8) Los deportistas

Ellos viven la vida llena de colores, insuflados con una energía sobrenatural. Subirán fotos haciendo todo tipo de actividades deportivas al aire libre. Será difícil reconocer si son guapos o no por la cantidad de accesorios (gafas, gorros, cascos...) y la lejanía de las fotos en las que lo único que puedes apreciar es su cuerpo. Se sentirán desorientados por tu falta de energía al preferir remolonear en el sofá que ir a correr a un parque para liberar todas esas toxinas que probablemente son las que causan esa falta de energía en tu cuerpo.

9) Los nerds:

Dios los tenga en su gloria, criaturas sin maldad. Están en la app por si se da el milagro y encuentran algo más interesante que la prostituta que acaban de atropellar en el Gran Theft Auto. Los pobres hablarán contigo con gran cuidado debido a su falta de experiencia manejando a mujeres. Te sentirás hablando como con tu hermano pequeño y te entrarán ganas de ser su mentora en la vida y de hacerles un cambio radical de look. Nunca les pierdas el contacto, quizás un día se hagan millonarios gracias a haber inventado la próxima red social.


10)Los feoguapos:

Existe ese chico que en cada foto parece una persona diferente, en unas sale arrebatador pero en otras sale con cara de tener encerrada a toda su familia en el sótano de su casa. Nunca llegarás a la conclusión de si es feo o guapo por mucho que repases sus fotos una y otra vez. Pero aquí es donde intervengo yo con mi amplia sabiduría y os digo que normalmente son feos. Mis estadísticas oficiales dicen que de los chicos que salen bien en las fotos un 30% en realidad son feos, de los que salen mal un 5% son guapos gracias a su presencia y por último, los que no se sabe si son guapos o feos, un 10% son guapos.

Elegid con cuidado chicas, al menos siempre me tendréis a mí.

Os quiere,

La Pepis


miércoles, 31 de diciembre de 2014

Décalogo de la soltera

Hay muchos momentos en los que la carne es débil, y no me refiero a las piernas flácidas. Estoy hablando de cuando la mente flaquea y se toman decisiones erróneas. Sin ir más lejos muchas de vosotras saldréis esta noche con un vestido de lentejuelas. Sin embargo, la debilidad que pasa mayor factura -especialmente si cobra por horas- es la de comenzar una relación. Así que hoy, 31 de diciembre, he decidido hacer mi última buena acción del año -la penúltima fue enviar el CV de Pilar Rubio a trabajos de verdad- y abriros los ojos sobre lo horrible que es tener pareja y las ventajas de la soltería. Muchas creeréis que escribe esto una seudo Carrie Bradshaw sentada frente al ordenador en pijama al lado de una tableta de turrón de chocolate Suchard. Nada más lejos de la realidad. Soy una Teresa de Calcuta comprometida con vosotras, almas perdidas de la creación, a las que ofrezco un poco de luz en esta discoteca oscura que es la vida con este decálogo del single –podría escribir más de diez pero comer me quita mucho tiempo en esta época del año-. Así estáis a tiempo de cambiar un deseo para cuando toméis en las campanadas vuestras uvas peladas y sin pepitas Cofrusa. Empecemos.

1.-Tu cama es tuya

Y solo tuya. Junto con mantas, sábanas y almohadones. La cucharita está muy bien en las películas en las que los dos enamorados se despiertan a la vez tras haber llegado también a la vez al orgasmo (ja, ja). Pero en la vida real tú te despiertas con un brazo encima que te comprime cual boa constictor. Además es muy difícil hacer el ángel con otra persona a tu lado.  




2.-Las tapas también son para ti

Por si no te ha convencido lo de la cama –que debería-, está infravalorado comer sin vergüenza las tapas de los bares y gasthofs. Por alguna extraña razón, las mujeres nos empeñamos en hacer pensar a los hombres que no ingerimos alimento alguno, al igual que no meamos, cagamos ni demás necesidades básicas como comprar ropa. Pero no chicos, ya no estáis saliendo con una muñeca inchable, y aunque os cedemos las bravas, montaditos, piruletas de parmesano y demás aperitivos la Adele que hay en nosotras rolling in the deep. Así que adiós a llevar el sándwich en el clutch para comer en el baño y que rule el pincho de tortilla. 



3.-Tu cara estará suave como el culito de un bebé

Por Dios qué mono es el de la Carbonero. Volviendo al tema, la barbita de tres días es sexy, pero con la de algún hombre se podría exfoliar tu madre los callos. La soltería te mantiene el cutis perfecto, sin que parezca que te acaban de arrastrar dos manzanas por el asfalto. Aunque he de reconocer que los beards se postulan como el complemento ideal de esta temporada (plus si viene con moñito).




4.-Puedes conocer otros chicos que te harán abrazar más la soltería.

Como le decía el otro día a David Gandy, cerrarte en una relación es negarte a compartir tus encantos con el resto del mundo. Algo muy egoísta y próximo pecado capital de la colección de helados Magnum. Por eso está bien relacionarse con otros hombres para conocer su maldad y reafirmarte como soltera de oro. Cuidado especialmente con los que te pueden enchufar profesionalmente. Por normal general solo quieren enchufártela.




5.- Tienes tiempo para pensar en tus problemas.

Además de más espacio en la cartera para tus fotos de carnet. Las típicas parejas que se cuentan todo pierden mucho tiempo fingiendo que les interesa otra persona. La single puede explayarse eligiendo el #ootd o si le gusta más el chocolate Milka con Oreo o con galleta. La alarma de la píldora del móvil se guarda para recordatorios importantes, como que comienza el programa de los vestidos de novia de Divinity. También puede pensar con calma la selfie más favorecedora para subir a Facebook -lo que ahorra muchos collages-, si el monstruo encontrado en la selva de Camboya es real o Photoshop, a quién salvará en Gran Hermano o definirse como guapa o atractiva. 




6.-Mejora tu temperatura corporal

Y no lo digo por los calentones sino por la regulación térmica del vello (bello en mi caso). La depilación se deja para ocasiones especiales. Así aumenta tu nivel de exigencia cuando conoces a un varón y mientras puedes experimentar con las posibilidades de tus pelos, como trenzas, californianas o incluso rastas. Por un sobaquillo comenzó Lucrecia.




7.- Estás más guapa

La soltería es el mejor maquillaje. Por normal general, la gente cuando se echa pareja se apalanca. Para empezar gana una media de 2 a 4 toneladas. Cuando la mitad de los planes se hacen en un sitio mullido es raro que una relación larga no termine con la amputación de algún miembro por diabetes. Y chicos, siento deciros que el sexo solo quema una media de 75 calorias. Ni la mitad de ese polvorón que sostienes ahora mismo en la mano.




8.-No tienes que ver penes

Esas horribles criaturas de la naturaleza allá donde los haya. Poco fotogénicos y peores en persona. El churrillo que le sobró de la plastilina a Dios. 




9.-La combinación de la ropa interior será casualidad. 

Tu lencería no tendrá que impresionar a nadie. Hay total libertad tanto para ponerte el sujetador Manuela como las bragas de la regla fuera de la semana menstrual. No hay carga mental para combinar cuadrados con encajes o lacitos con hojas de parra. Tu cabeza puede tomarse un respiro.




10.- No tienes que dar explicaciones

A nadie. El doble tic azul del WhatsApp te resbala. No son necesarias las excusas de dónde has estado, en qué compañía o quién te ha hecho esos chupetones. Puedes merendar tranquilamente con Jamie Dornan o ayudarle a preparar escenas de su película sin estar pendiente del reloj. Eres libre. 



Y como argumento definitivo: mejor sola que mal acompañada. 



Feliz 2015 ladys, gays and gentlemans que habéis caído aquí accidentalmente. Os deseo un año lleno de amor propio, piropos y piel hidratada -últimamente los Reyes Magos son clientes VIP de las droguerías-. Y dejaros con el consejo que siempre me da mi madre cuando salgo de fiesta: "Ponte cerca de la salida de emergencia por si pasa algo".

Paz

Me quieres, La Pepis

jueves, 25 de diciembre de 2014

Amigo invisible

No existen unas navidades sin que la típica amiga plasta de turno, que no tiene otra cosa mejor que hacer con su vida, sugiera hacer un amigo invisible. ¿Qué obsesión tiene la gente con organizarlos año tras año? ¿Esperan que algún día alguien por fin les regale algún diamante que puedan empeñar en una casa de apuestas y así comprase un vida? No había visto a nadie tan engañado como aquellos que siguen esperanzados a las cinco de la mañana en la discoteca. 

Al final todo el mundo se lleva la decepción del siglo al recibir su regalo. Nunca es tan bueno como el que ha regalado y mucho menos se ajusta a tus expectativas. Algunos collares de macarrones que le hacía a mi madre cuando tenía tres años son mucho mejores que la media de cosas que he recibido en los últimos años. El amigo es invisible porque si descubres quién ha sido el responsable de esa porquería que acabas de recibir te dan ganas de aniquilarlo. Si a la gente le gusta tirar el dinero a la basura que se compre algún disco de Christina Aguilera. 

¿Y qué me decís del presupuesto? Estoy de acuerdo de que tampoco hay que pasarse ya que tengo que comprender que no todo el mundo es una rica heredera como yo, ¿pero qué narices voy a encontrar que no sea unos guantes de fregar por 5€? Además si no confío en mis habilidades de búsqueda mucho menos confío en la de los demás.

Al final del día lo único que puedes hacer es rogar a los cielos que te toque tu nombre y comprarte ese caprichito que tanto necesitas. ¿Hasta cuándo vamos a dejar que Tiger se lucre de nuestras decepciones e ilusiones rotas?

Así que ya sabéis chicas, la cuestión está en lanzar sutilezas al aire en las conversaciones con la esperanza de que tu amigo sea lo suficientemente avispado y las capte. El truco está en enlazar conceptos, algo parecido a lo que hace Matías Prats en las noticias. Pongamos algunos casos de ejemplo:

Que estáis hablando del último capítulo de Juegos de Tronos en el que muere tu personaje favorito --> Sabéis con lo que yo me quedé muerta el otro día? Con unos pendientes verde lima de Bimba y Lola? Están reservados a nombre de La Pepis! (Guiño)

Que estáis hablando de lo mucho que hay que estudiar para los exámenes de enero --> Pues yo me concentraría mucho mejor con esa bufanda de cachemir tan bonita que vimos el otro día en Uterqüe... (Risa despreocupada)

Que estáis en el cine viendo El Hobbit --> Qué paliducho se le ve a Bilbo Bolsón, la verdad es que a mí también me vendría muy bien una buena base de maquillaje número dos de YSL. (Codazo, codazo)

En fin, poco más que añadir, el mejor regalo que se puede hacer es uno que venga con ticket regalo. Sólo os deseo que vuestro amigo invisible no se convierta en vuestro nuevo enemigo invisible.

Os quiere, 

La Pepis 


miércoles, 6 de agosto de 2014

La boda de mi mejor amiga: Yo

Estaba revisando el correo con ansias de recibir mi nuevo catálogo de lencería de Calvin Klein cuando me fijé en un sobre color pastel con un bonito relieve. Abrí la carta y con horror leí su contenido:

Luisa y Andrés tienen el honor de invitarle a su enlace en matrimonio 
que se celebrará el futuro 25 de Agosto en la Iglesia de San Marcos.

No podía ser, lo peor de todo es que sabía que no estaba soñando ya que en mis sueños aparece Quim Gutierrez sin camiseta. Era la última de mi grupo de amigas de la infancia que se casaba, eso era como ir gritando por la calle que era una fracasada en la vida. No es que se me den mal las relaciones, sin embargo la fea se cotiza más que la guapa. Me explico, la fea será siempre muy agradecida, además nadie te la va a quitar, pero a los bellezones como yo tienes que espantar a los babosos todos el rato y ciertamente puede llegar a ser agotador.

Rápidamente subí a mi casa e imprimí la siguiente invitación:

La Pepis y Patrick Dempsey se complacen en invitarles a la unión en santo matrimonio 
que se celebrará el 24 de Agosto en la catedral de Santiago.

Que se fastidie.

Desde que era niña he planeado meticulosamente mi futura boda y mi futuro divorcio. Llamadme romántica. Lo bueno de esto es que cuando encuentre a mi hombre ideal podré estar gastándome su dinero sin estar ocupada con meros trámites.

La pedida de mano:

Veréis, todo el mundo sabe que el romanticismo ha muerto, así que no iba a dejar en manos de un hombre el futuro de uno de los días más importantes de mi vida. Lo planearía yo. Primero, casualmente, estaría toda mi familia, mi chico y algunas amigas (y viejas enemigas) reunidos en la recepción de algún hotel rabiosamente caro. Yo entraría como si nada en la sala y empezaría a emocionarme y soltar un par de lágrimas discretas al ver a toda ese gente que tanto significa para mí. Nota personal: aprender a llorar.


Después mi chico me cogería de la mano y me llevaría al centro de la habitación para pedirme matrimonio. Un foco de luz nos seguiría. Se arrollidaría y me ofrecería un anillo con un diamante del tamaño de una pelota de tenis, después diría que eso no es suficiente para una mujer como yo y me ofrecería DOS anillos. Me volvería a emocionar y miraría al techo como aguantándome las lágrimas de alegría. Finalmente titubearía un par de veces y diría que NO (las chicas nos tenemos que hacer las duras) pero después soltaría un rotundo SI. Confetis en forma de corazón color rosa pastel inundarían el techo de la sala y Whitney Houston que se encontraría entre el público nos cantaría su "I Will Always Love You". Nota personal: arreglar lo de Whitney. Curiosamente Annie Leibovitz estaría hospedada en el hotel y no dudaría sacar su cámara para inmortalizar ese bonito momento que tras un acuerdo de varios millones de dólares publicaría con mucho gusto y elegancia en Vanity Fair.

La venganza: 

Llamaría a todos mis ex y les diría que iba a pasar el resto de mi vida con un hombre con más dinero, más belleza y más pene que ellos. A continuación llamaría a mis compañeras de la universidad y les preguntaría que por qué están solteras hasta que llorasen. 


La despedida de soltera:

Sólo hay una manera de celebrar una despedida de soltera: junto a casting de Magic Mike. Aunque será un poco incómodo si mi futuro marido acaba siendo uno de ellos (eso va por ti Joe Manganiello). Por supuesto tras la noche en la que probablemente gaste medio sueldo quemaría toda prueba viviente de lo sucedido. Una señorita besa pero no cuenta.


La lista de bodas: 

Es de pobretón pedir dinero a tus invitados cuando te casas. Cada vez que veo a una cuenta corriente en una invitación de boda llamo a un par de contactos para que se las congelen y las vinculen al caso Nóos.

No, nada de pedir dinero. No somos el dueño de Wikipedia. Lo más cool y chic es hacer una lista de boda. La mía estaría llena de fabulosos muebles tapizados con pieles de animales exóticos cazados por el rey, de bolsos de Hermès de edición limitada y de joyas usadas por celebrities en reportajes fotográficos de Mario Testino.


Todos los objetos de la lista claramente iban destinados a mí. Mi marido ya tenía el regalo más valioso de todos: Yo.

La boda:

Siempre supe que quería una ceremonia íntima, con mis familiares y amigos más cercanos. Unas 300 personas serían suficiente para ser testigos de mi gran día.

Una vez que un grupo de seguratas expulsase a aquellas más elegantes que yo y se asegurasen de que las damas de honor estaban todas vestidas con los espantosos vestidos que escogí, pensando en ellas desde el fondo de mi corazón, empezaría la esperada ceremonia.


Un precioso vestido blanco con cola de sirena abrazaría mi cuerpo. El vestido estaría bordado con esmero por monjas ciegas. Caminaría al altar acompañada a un actor con experiencia haciendo de madurito sexy en series de la CW. Adoro a mi padre, pero el pobre es muy poco fotogénico. Mi futuro marido estaría esperándome en la otra punta, expectante. De fondo sonaría una canción de La Oreja de Van Gogh antes de que Amaia Montero descubriese la comida basura. Una pequeña niña andaría tres pasos por delante lanzando pétalos de alguna flor en peligro de extinción. Un grupo de actores esparcidos por la iglesia tendría que sollozar y sonarse (con elegancia) de la emoción del momento.


Cuando llegase a la altura de mi hombre el cura daría paso a la ceremonia, rápida y práctica. El sermón giraría en su mayor parte en lo afortunado que era mi futuro marido por tenerme a su lado y lo que debía hacer para mantenerme y complacerme. Después del sí quiero de mi hombre el cura se dirigiría a mí:

-Pepis, ¿quieres recibir a [estrella en alza de Hollywood] como marido, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza y así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

-Si, no, si, no, si y no.

-Bueno supongo que eso será suficiente. Podéis besaros.

El público se pondría en pie y entusiasmado aplaudiría hasta sangrar. Saldríamos a la calle y una lluvia de billetes triturados en forma de confeti caería elegantemente sobre nosotros, siempre he creído que lo de tirar arroz era muy chabacano, además no querré estropear el precioso peinado que me haría Tabatha. A la salida mi marido, recomendado por su publicista, se pararía para firmar un par de fotos de su última película en la que encarnaría a algún superhéroe buenorro. 

Banquete:

El menú de mi boda se decidirá en una final de MasterChef. Ese asunto aún está un poco en el aire, pero confío en España para que decida con sabiduría.

Por otro lado, tendría mi propio episodio en un reallity de Divinity en el que los protagonistas se enfrentan al mayor reto de sus vidas para hacerme la tarta perfecta. Cuando todos mis invitados hubiesen muerto de la envidia por tan magnífica tarta la tiraríamos a la basura, porque asumámoslo, son preciosas pero están malísimas.

Mi amiga Lana del Rey vendría a cantarnos un par de canciones con su tórrida e insinuante voz, ella insistirá en hacerlo gratis como regalo por nuestra amistad, pero yo no soy como Kim y Kanye, si hay que pagar a la muchacha se le paga.


Votos:

El voto a mi marido ya lo tengo escrito desde que tenía siete años. Sólo tengo que rellenar los espacios en blanco con su nombre. Así dice:

Querido (nombre),
no puedo expresar lo suficiente lo mucho que significas para mí. Recuerdo la primera vez que te vi, pensé que alguien como tú no se fijaría en mí, pero después me vi reflejada en un espejo y supe que sí.
Y así fue. Oh querido (nombre), soy la mujer más afortunada del mundo. Quiero que sepas que estoy abriendo mi corazón, estas palabras sólo te las podría decir a ti (nombre). Tengo miedo de no poder amarte como te mereces para que así me ames como me merezco yo. 
Gracias por haberme regalado ese bonito y escandalosamente caro collar de diamantes por nuestro compromiso, me durará para siempre (este regalo tiene que ser si o si). ¿Pero sabes qué durará también para siempre? Mi regalo por nuestro compromiso: Mi amor por ti.
Que sepas que te adoro y que me muero por emprender esta aventura a tu lado.

Luna de miel:

Lo siento, no voy a dar detalles del exótico destino elegido para nuestra luna de miel. No quiero tener paparazzis en la puerta de mi isla privada. Mi marido y yo agradeceríamos un poco de intimidad. Muchas gracias.

Siempre vuestra,

La Pepis